Me volvieron a agarrar esas ganas de escribir todo lo que sucede en mi cabeza. Esos pensamientos de las sucesos cotidianos que se escapan de la minima percepción, ya que al ser tan escasos a comparación de los momentos oficiales que uno registra como vividos, uno no se detiene a pensarlos.
De vuelta se creo en mí esa mirada particular ante lo vivido que me hace ver las cosas desde el punto de lo abstracto como hace mucho que no hacía.
Vuelven esos instantes en los que detengo el tiempo dentro mio para poder pensar que es lo que esta pasando a mi alrededor y me doy cuenta que volvi a leer a la gente.
Que es lo que pensaran de mí estas persoans que me rodean en el constante inmediato de mis dias y que apenas conocen la minima expresión de la amalgama de experiencias que soy.
Otra vez me detengo en mi silencio a observar lo que dicen y a oir lo que hacen. A meditar el punto suspensivo y a leer entre paréntesis.
Pense que esta cualidad estaba perdida por tantos momentos oscuros que ahogaron mi existencia por muchos años o por tantas pastillas recetadas que tome, pero al parecer no es así.
Voy a escribir de nuevo lo que mis ojos me permiten ver a un nivel que me llevo años de enteder y modificar. Un nivel de pasar la cosmovisión autoprogramada de la gente común que prefiere no ver las cosas como son ya que un simple cambio en su rutina de asimilación del destino, podría poner en jaque todo lo que conocen como vida.
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